Una norma básica de cortesía y buenos modales en la mayoría de las culturas asiáticas es quitarse los zapatos cuando se llega a un recinto. Ya sea para entrar a una casa, restaurante, templo o escuela es normal que las personas se descansen ¿ Porque hay que quitarse los zapatos ?
Para los occidentales que crecimos con la idea de que el suelo es una fuente de enfermedades y gérmenes la idea de descalzarnos puede resultar chocante, todo lo contario sucede con los asiáticos que están acostumbrados a que su vida cotidiana se lleve a cabo a ras de suelo, pues allí duermen, comen y oran sin necesidad del arsenal de muebles que por lo general tenemos en nuestras casas.
Esta costumbre de estar descalzos tiene dos razones principales una práctica y una mística. La razón práctica alude a la obviedad que tiene el hecho de no ensuciar el lugar donde habitas. La segunda razón, la mística, es un poco más interesante, ya que apunta al poder de la energía. Aunque con algunas pequeñas variaciones según el país y la religión, la idea general es que una persona arrastra en sus pies –zapatos, suela- la energía negativa de la calle, por lo que esta energía debe ser restringida o dañaría la armonía del lugar a donde se llega.
Porque hay que quitarse los zapatos
Teniendo en cuenta el hecho de establecer una barrera de protección casi todas las grandes culturas de Asia han creado formas de evitar esta contaminación energética, los chinos por ejemplo siempre dejan un pequeño escalón en las puertas de sus casas para evitar que los malos espíritus puedan pasar, los indios pintas figuras con sal a la entrada como símbolo de protección y los japoneses se aseguran de lavar manos y pies antes de entrar a un templo para no romper su wa –equilibro-.
Así que si tiene la oportunidad de viajar y alguien te pide que te quites los zapatos, entiende que no es solo una cuestión de buenos modales, también es una expresión de su forma de ver el mundo, por lo que sin remilgos acédese y recuerda siempre llevar medias limpias.
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